El coronavirus ya se ha hecho dueño de las portadas de los periódicos día si y día también.

Nuevos países infectados, nuevos casos de infección, cada vez más cerca, cada vez más.

Una infección invisible y sin vacuna que cada día se cobra nuevas víctimas mortales, cientos de nuevos enfermos a los que aislar y tratar.

¿Dónde están fallando los sistemas de control y contención? ¿Los hay?¿Estamos aquí preparados?

¿Seré yo el siguiente en infectarme? ¿Puedo fiarme de la gente? ¿Me compro y uso la mascarilla en la calle? ¿Salgo a la calle, el autobús o el metro?

El virus está invisible en el aire, cualquiera puede portarlo… viaja en avión, en tren, en coche y en barco… no hay fronteras para el microscópico asesino.

Naomi Klein diría que el miedo, el shock, la necesidad de seguridad… En esta pandemia se suman todos los ingredientes para que los alumnos de Friedman estén trazando planes sobre esta nueva “oportunidad” en algún lugar de Washington. Lo triste es que posiblemente tuviera razón.

¿Qué empresa farmacéutica se hará con la vacuna para comercializarla? ¿Cuanto valdrá?¿Quien se la podrá permitir?

¿Cómo La amenaza y la inseguridad va a golpear a los mercados? No sólo asiáticos, ni los globales. Ahora también los locales, los bazares chinos, los restaurantes chinos cada vez tienen menos visitantes…

¿Porqué ahora aparece de la nada esta amenaza global desde china? ¿Porqué China? El mercado emergente, con Xiaomi y Samsung compitiendo contra Apple e Intel.. El país más poblado del planeta com las puertas abiertas.

Eso si, los gobernantes más populistas, se arremangan las camisas para, por nuestro bien, cerrar las fronteras, regular y controlar la entrada y circulación de personas por sus fronteras, Sean o no inmigrantes o refugiados sin papeles, ahora cualquiera puede ser vetado.

Pues más mal que bien ahora hay que sumar esta nueva amenaza a la del terrorismo, a la crisis climática y a la inseguridad ciudadana, ya no sabes que va a acabar contigo antes, ¿una ola gigante de una borrasca atípica que te arrastrará con tu coche?¿Un loco acuchillando, atropellando o explotando? O ahora una fiebre letal e invisible.

¿Cual será la mejor opción? Encerrarse en casa y que globo se encargue de traer la comida del supermercado, que Amazon me provea de mascarillas, detectores y filtros de aire, que Netflix me mantenga acomodado en el sofá mientras espero que alguien lo arregle todo.

O hacemos las maletas y nos vamos a una playa lejana, sin hoteles ni turistas,