Viajar,

Mirar lejos, oler distinto,
ser un extraño, conocer a un amigo,
sentirme pequeño y ofrecer la mano.

Viajar por fuera, para conocer por dentro,
Mirarme en un espejo con los ojos ajenos.
Explicarme con gestos y reír por haber entendido.

Caminar sin caminos, beber de los ríos,
escuchar mis pisadas y también mis latidos.

Andarme perdido y superar lo temido, liberar mis anclas, entender lo dolido, pero libre, sin tiempos, rompiendo el instinto.

Viajar, mirar lejos, escuchar las historias de un sentir compartido, cerrar los ojos, oler los sabores de manjares por la distancia prohibidos , beber ungüentos, tés y licores y que la mente se pierda sobre una piedra, un fuego y un cielo extendido.

Tenderme en la hierba fresca de una acuarela hasta ahora dormida, despertarla con risas y colores vividos.

Sentir con las manos, un viento, una tierra, un templo, el color del agua , la vida de un tronco o el sabor de una piel, escuchar con los ojos los ecos grabados de otras vidas, de otros tiempos, recibir sus mensajes y entender mi momento.

Viajar es tener valor de enfrentar lo soñando, hacerlo despierto, ser humilde en el trato, resuelto ante lo malo, respirar con deleite lo nuevo encontrado, mirar con los ojos de un niño, las travesuras de un chico, la experiencia de un padre, la calma de un abuelo, hacer familia con extraños de corazón tendido.

Siempre siento miedo al irme lejos, pero…si me tiendes tu mano, daré un primer paso y… sonreiré orgulloso de mi valor encontrado, después el segundo, concentrado en tu mano, que me lleve al tercero y al final…soltarnos. Para volar juntos, sintiendo separado, trenzarlo todo en uno, en un momento y guardarlo, para cuando no tenga más fuerzas, sonreír recordando, que me diste tu mano y aunque ya no estuviera, la sintieras temblando.