Hoy te escribo desde un teléfono, es muy raro para mi, espero me sepas perdonar si no te cuento las cosas con suficiente calidad.

Hay quien dice que una gota de aceite puede contaminar 1000 litros de agua. No se a ciencia cierta si la relación de las cantidades es correcta. Sin embargo de lo que te quiero hablar hoy no es sobre el medio ambiente, si no de un fenómeno parecido que nos pasa por dentro.

Bien, imagina que eres un cantante, sales al escenario, interpretas tu canción, se encienden las luces, todo el mundo en la sala se pone en pie y te aplaude, concediéndote todos y cada uno de ellos su reconocimiento y satisfacción. Pero, en la fila 3 asiento 5 hay una persona que permanece sentada y te mira con seriedad.

¿Qué crees que ocurrirá en tu interior?

En muchos casos, esa disonancia, minúscula, de un solo individuo contra el parecer de cientos, va a llamar mucho más la atención hacia ese individuo que el agradecimiento de la mayoría.

¿Acaso el criterio y sentir de cada uno de los que aplauden, no merece el justo valor y atención que el que no lo está haciendo?

Pues tendemos a no hacerlo.
Curioso ¿verdad?

Pero aún es más curioso este otro ejemplo:

Imagina que decides vestirte atractivo/a para asistir a una fiesta, tu presencia provoca en general miradas, más o menos discretas entre los asistentes, habrá quien te venga a saludar y a dar conversación, y habrá quien te invite a tomar una copa. Pero hay una/o, que no es que te ignore, es que te evita.
¿Sabes que ocurre en muchos casos?
Que, casualmente, pues es quien más te llama la atención.
¿Porqué tú foco de atención se dirige sobre esa persona que no responde como los demás?

Obviamente es un ejemplo casi cinematográfico, lo he visto en cientos de películas como el modelo de conducta que debe tomar un seductor/a. Y tengo ciertas dudas sobre ello, pero, el ejemplo nos viene bien al tema.

Lo cierto es que hay algo en nuestras cabezas que está vigilando las anomalías en las conductas ajenas, es como un sistema de control normalizador, si alguien no está dentro de la expectativa, hay que prestarle atención.

Y eso, está mal.vivimos en un mundo inventado.

Nuestro cerebro está siempre calculando e imaginando las cosas siempre por delante en el tiempo. En la mayoría de ocasiones, nos preocupan cosas que nunca van a suceder.

Así que la expectativa puede ser un gran limitador.

Objetivamente no es poca cosa, conseguir que una sola persona se levante de su butaca y se rompa las manos en un aplauso ( una costumbre muy antigua y curiosa, por cierto).
Pero por alguna extraña razón tendemos a normalizar su “mensaje”.

¿ Qué ocurriría si al final de una interpretación en un teatro, no aplaude nadie, excepto uno que lo está dando todo desde su butaca?

-bravoooo, bravoooo, maravillosoooo, ooootraaa , ooootraaa. (el solo)

En general, la gente pensará “ Se les coló el loco en la sala” y eso es raro también, necesitamos el quórum colectivo para llegar al “otraaa, oootraaaa” y vamos mirando a ver qué hacen los demás.
Por eso , desde los romanos, en los teatros se contrataba gente para que aplaudiera y gritara bravo.
Por eso en los entierros de gran pompa, se contrataban plañideras que rompieran en llanto pagado para arrastrar a los demás que estuvieran conteniéndolo… o no.

“Es un poco como el mal situacional del que te hable”

Pero en el caso del aplaudí colectivo y un discordante, no es así, hay quien incluso la conducta de ese uno que no está aplaudiendo siembra la duda sobre quién si lo está haciendo… ¿porqué no aplaude? ¿Habrá algún motivo del que no me he dado cuenta?
¿Será algún crítico famoso?

Perdona que descarrile un momento;
Esto me lleva a recordar a un programa de televisión, donde los participantes a un concurso salen al escenario interpretan su espectáculo y se someten al juicio de 4 o 5 personajes que deciden si pasa al siguiente nivel de competición.
Resulta que este formato de concurso se vendió en todas partes del mundo, y curiosamente, en todos los jurados de todos los programas hay un componente que es disonante, duro, crítico, desagradable incluso.
Y la gente en general, da mucho más valor a sus sentencias que al resto de jueces allí mismo sentados.

¿En serio? ¿ what is wrong with we?

Y vuelvo al tema,
Estás conductas, son como gotas de aceite que caen en el agua, su poder contaminante es poderoso… si se lo permitimos.

Nuestros trabajos, esfuerzos, proyectos, merecen su reconocimiento. La crítica debe tener su justa medida, espacio y lugar, pero no debe restar, en ningún caso, por encima de los beneficios que generan esos trabajos, esfuerzos y proyectos.

Sobre la crítica, hay que dejar pasar solo y exclusivamente la constructiva, la que llega desde el respeto, el afecto y las buenas intenciones.

El resto, directamente a la basura de los productos tóxicos… ni acercarse, pues son altamente contaminantes.

Desde que te vengo escribiendo estos días , no me han faltado críticas, algunas en comentarios y otras por privado que se han limitado a insultarme y desaparecer.
¿Debí preocuparme?
Nah. Valoro infinitamente mucho más a las personas a las que aporto algo, porque si, porque les viene bien en su momento, gratis, porque es un ejercicio sano y bonito y porqué creo en ello.

Entonces, la gota de aceite, parece que siempre va a estar ahí sobre tu vaso de agua…en la mayoría de actividades que comporten exposición, más o menos pública.
Si eres consciente de ello, debes de ser consciente de que debes generar mecanismos para controlar y no permitir la contaminación.

¿Qué no le gusta? No hay problema, es totalmente imposible gustar a todo el mundo.

¿Que no está de acuerdo? Bien, el debate desde el respeto siempre enriquece, sin embargo fuera de esas líneas de juego, no.

¿Porqué?

Porque tú eres quien ha hecho el esfuerzo de exponerte, tú eres quien ha trabajado sobre algo concreto, tú eres quien has marcado la diferencia de entre los que no lo hacen o no hacen nada.

Y por tanto, nada debe privarte de tu reconocimiento. Lo necesitas para el siguiente paso.

El crítico y el Troll.
El que permanece sentado, hoy en día en la sombra del anonimato, observando, sin hacer nada más, y abrir la boca para sacar bilis, sobre cualquier tema, asunto o cuestión y siente una gran satisfacción cuando obtiene una reacción, una respuesta, un algo, sobre lo que ha criticado… es un Troll.

No suma, no aporta, y proyecta su frustración vital, su triste y penosa existencia sobre todo lo que le rodea.

¿ Qué hacemos con los trolls?

Nada

Espera que lo repito: Nada!
Con ello enfatizas su lamentable existencia con la más profunda indiferencia. Le devuelves su regalo sin abrir, no gracias, no lo quiero.

Si discutes con un Troll, con la primera palabra tuya, el Troll ya ha ganado. No dejes que tu Ego te lleve a la derrota.
Un Troll es ruido que se elimina con un sencillo filtro.

Lo decía ya el Quijote:

Sancho: ¡Ladran perros, mi señor!
Quijote: Luego cabalgamos Sancho, luego cabalgamos.

El crítico, es quien por su experiencia, conocimiento o talento, te aporta un punto de vista que no tiene que estar necesariamente alineado a tu opinión o esfuerzo, te “corrige” lo que considera que puedes mejorar.
De alguna manera , suma a tu esfuerzo y trabajo un plus de calidad porque estás en el camino correcto.
Valora primero quien es , que representa para ti y luego dale el valor correcto a lo que te está diciendo.

Y finalmente estás tú.
Ten presente a la gota de aceite , va a estar ahí. No seas tu propio Troll, vive el momento y crea expectativas realistas. Se humilde y recibe más el cariño y afecto y resta foco al disonante.

A veces, solo hay que inclinar ligeramente el vaso para que la gota de aceite caiga fuera.

Que el árbol no te impida ver el bosque.