Suena a anuncio de laxante, lo se. Pero esta es una cuestión tremendamente importante.

Confieso que tardé mucho tiempo en comprender la dimensión de esta sentencia.

Mi rutina diaria era no tener rutinas y atender cuestiones según necesitaba resolverlas. La mayoría de esas cuestiones eran externas a mi, aunque evidentemente tenían un impacto en mi vida.

Con el tiempo, aparecen las facturas de los excesos y de la ausencia del tiempo para ti.

Dicen que una acción, se convierte en rutina cuando consigues incorporarla en tu tiempo durante 20 días, a partir de ahí, el esfuerzo para hacerlo se va disipando y automatizas.

Hay tres pilares de conducta en el presente que tienen un efecto vital en tu futuro.

1- Dormir bien

En alguna ocasión te lo he comentado.
Aunque no consideremos el acto de dormir como una rutina y lo entendamos como una necesidad natural, es bueno plantear seriamente cómo descansamos.

Recuerda el ejercicio que te propuse de “limpiar” y reconstruir tu entorno.
Pues tú espacio de descanso merece una atención especial.
La Luz que te acompaña antes de dormir, el aroma de tus sabanas, los objetos que te rodean, esconden como función un acompañamiento al descanso.
Cuando éramos pequeños y luchábamos contra nuestro cansancio llorando, aprendimos que el descanso llega en un envoltorio de seguridad, de calma, de poder soltarte, de suavidad y afecto.
Bueno, pues esas sensaciones pueden ofrecértelas incontables configuraciones que puedes crear alrededor de tu zona de descanso.
Tener una televisión frente a tu cama… es maravilloso, pero es fatal para tu descanso. Por todo lo que te he expuesto hace tres líneas.

La rutina orientada al descanso que puedes adquirir está relacionada con los horarios, debes darte suficiente tiempo para descansar aprox 8 horas.

Despierta suave, con tiempo, sin estrés, para poder desayunar ( algo sano), volviendo a los aromas de un buen té o un buen café, de una tostada…

Ten tiempo suficiente para mirarte al espejo y decirte hola, y decidir que cara vas a ponerte hoy.

Respecto a que vas a ponerte, es un buen hábito haberlo resuelto el día anterior, y encontrártelo preparado.

Y muy importante, no marcharte si haber hecho la cama. Es una rutina de las que podemos llamar “estratégicas”.
Volver a casa y arrastrarte a tu lugar de descanso porque el mundo te ha dado una paliza y encontrarte tu cama hecha, ordenada, con las sábanas suaves esperándote, tu almohada llamando a tu oreja… es un triunfo a todas las cosas que no estaba en tu mano cambiar y que te han consumido la energía.

2- Comer bien

Ay… el talón de Aquiles de medio mundo.
Actualmente muere más gente por culpa del azúcar que por el hambre.
Hay infinitas fuentes de información para tener una dieta sana, pero recuerda, tu cuerpo, tu metabolismo, es único, tiene sus particularidades, sus necesidades, fortaleza y debilidades, tu alimentación tiene que estar muy ajustada individualmente a tu organismo.

Ten eso presente ante “fórmulas mágicas “ de adelgazamiento o complementos alimenticios que ofrecen soluciones a la falta de buenos hábitos.

Y si, que ninguna dieta te prive de recompensas que te has ganado y mereces.

3- Hacer ejercicio

Ya, no pongas esa cara. Cada 31 de diciembre te prometes intentarlo y luego… no hay tiempo… no hay energía… no hay motivación excepto cuando se acerca el verano.

Pues bien, tener una rutina para hacer ejercicio, es to tal men te necesario, tu cuerpo está diseñado para caminar, recorrer largos espacios, tus brazos tienen potentes músculos para levantar peso, tu corazón necesita entrenamiento para llevar bien tu sangre hasta el último rincón de tu valioso cuerpo.

Ese “diseño” de tu cuerpo es el resultado de miles de años de evolución y va a quejarse mucho si no le das sentido a su existencia.

Lamentablemente para mi, el músculo más fuerte del cuerpo no es el corazón, ni el cerebro… es la lengua, así que bueno, ejercitarla como mejor te parezca, pero recuerda que sirve para mucho más que hablar!!!
Si haces ejercicio , no hables!!
Concéntrate en cómo estás trabajando tus músculos, deja que sean ellos los que te hablen. Escucha tu corazón , tus pulmones, es sencillo, haz ejercicio, no vida social.

Estos tres son los pilares, pero hay muchas más rutinas que cambian tu futuro.

– Lee ( podría dedicar este artículo entero y parte de otro sobre esto)… tú lee!! Ya lo estás haciendo ahora, y constantemente, solo tienes que conseguir discernir que quieres aportarle a tu mente en un espacio monotematico, sin anuncios, ni avisos, ni chats, ni “ruido”.
A tu cerebro le encanta leer y vas tú y solo le metes Netflix… deja que con la lectura el cerebro cree sus propias imágenes, acciones, colores y sensaciones.

Deja que construya nueva conexiones neuronales aprendiendo, cada día que pasa pierdes un montón de estas, hay que darle sentido a la existencia de un cerebro tan grande en tu cocorota.

Tomate un té en un sitio bonito
Vale, esta es mía, es opcional, pero lo que vengo a decirte es que cada día hagas algo que rompa el “trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Otras propuestas de rutinas que cambian tu futuro y que no tengo espacio, ni tu tiempo para desarrollar:

Di “Gracias “
Di “Perdón “
Di “No”
Di “Te quiero”
Escribe como te sientes.
Ayuda a alguien
Pide ayuda
Cuestiona el dogma y la ortodoxia, haz las cosas porque crees en ellas no porqué formen parte del gran paradigma.

Vale, ya me callo… suficiente..