Los arquitectos de las palabras.

Las palabras pueden mover montañas, iniciar revoluciones y cambiar el curso de la historia. Las frases que resuenan en nuestra cultura colectiva a menudo se atribuyen a la persona que las pronunció. Pero, ¿qué hay detrás de esas palabras? Hoy, arrojaré luz sobre los verdaderos creadores de la inspiración, los escritores de discursos, los artesanos silenciosos que moldean las palabras que inspiran a la cultura colectiva.

Comencemos con la famosa frase de John F. Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país”. Aunque fue Kennedy quien pronunció estas palabras, fue Theodore “Ted” Sorensen, su principal escritor de discursos, quien las esculpió.

El discurso de Martin Luther King Jr., “Tengo un sueño”, es un hito en la historia de los derechos civiles. Clarence Benjamin Jones, asesor y redactor de discursos de King, fue uno de los principales contribuyentes a este discurso icónico.

Avancemos hasta el siglo XXI y encontramos a Barack Obama con su memorable “Yes, we can”. Jon Favreau, su director de discursos, fue el arquitecto de estas palabras que se convirtieron en un mantra de esperanza y cambio.

El famoso “Iron Lady” de Margaret Thatcher fue acuñado por un periodista soviético, pero fue el escritor de discursos de Thatcher, Ronald Millar, quien aprovechó la frase y la inmortalizó en uno de sus discursos.

Pero no solo en política encontramos estos arquitectos de palabras. En el mundo de la tecnología, el famoso “Stay hungry, stay foolish” de Steve Jobs, pronunciado en su discurso de graduación en Stanford, fue en realidad escrito por los editores de la revista Whole Earth Catalog, Stewart Brand y Richard Raymond.

Incluso en el deporte, encontramos ejemplos. El famoso “Just do it” de Nike, pronunciado por muchos atletas a lo largo de los años, fue creado por el publicista Dan Wieden.

Por lo tanto, la próxima vez que escuches una frase que te inspire o te haga reflexionar, recuerda que detrás de esas expresiones hay un arquitecto de las palabras.
Quizás en demasiadas ocasiones, le otorgamos el mérito de inspirarnos a la persona equivocada.
Quizás ahí resida la clave del éxito de unos pocos que eligen ser la imagen y unos muchos que eligen ser parte en un equipo de personas de talento y valor.
Mi opción siempre será tener talento y crecer junto con el talento de otras personas.