Número 1. Nunca hay un número predeterminado de razones para formar una opinión, a veces con solo 3 es suficiente y a veces necesitas 20 porque la argumentación es floja. ¿Porqué suelen poner 10? Es un número que gusta, está asocia a la escala decimal de valoración, psicológicamente nos hemos acostumbrado a trabajar en base 10, el 10 es un excelente el 0 un fracaso. Pero si siguiéramos un método científico probablemente tendríamos que exponer un número random de razones ( 17, 9, 23). Que rabia os daría si el título del artículo hubiera empezado con “9 razones para…”, pensaríamos : ¿Qué le costaba poner una más y llegar al 10?

Número 2. La simplificación y la esquematización son buenos métodos de estudio, para recordar y memorizar, son buenos métodos para hacer DAFOS o para cuantificar y dimensionar el objeto de estudio. Pero no son buenos escenarios argumentales, los resúmenes numerales, como sería el caso, son eficientes al final de uno o varios capítulos de argumentación libre. Poner un resumen de ideas, sin el desarrollo argumental es un trabajo sesgado y que merece todas las dudas. También fijaos como me veo obligado a comprimir las ideas, ya que, si son demasiado largas no impactarán en vuestro interés.

Número 3. Los argumentos y las prioridades son cosas diferentes, pueden coexistir argumentos de igual peso e importancia, pero si los encajamos en un esquema numeral, quien lo lea tenderá a dar énfasis o prioridad a los números más bajos, y eso puede ser un error, no es buena idea numerar los argumentos. Sin embargo, tiene todo el sentido para ordenar procedimientos, si estoy con el manual de un ordenador no empezaré por el punto 7 que dice “abrir el procesador de texto” y luego saltaré al 1 que dice “Enciende el ordenador”. Hay que tener cuidado a la hora de leer, pues bien podemos “interpretar “ una lista argumental como guía de procedimiento.

Número 4. Moisés bajó del monte Sinaí con dos tablas que contenían los 10 mandamientos de Dios de obligado cumplimiento por todos los hombres y mujeres. El cristianismo y el judaísmo son religiones muy extendidas, y aún en muchas generaciones su simbología está presente en el subconsciente, así que exponer 10 razones para algo , dota de cierta carga religiosa a lo que ahí se enumera. Y eso puede ser empleado para fines muy lejanos a lo sagrado.

Número 5. Si lo que estamos leyendo, esas 10 razones, pretenden conducirnos a la toma de una decisión, cabe preguntarnos cuantas de esas razones han sido suficientes para convencernos, si los puntos 3 y 5 no nos han aportado gran cosa, pero los puntos 1,2,4,6,7,8,9 y 10 si, nos sentiremos satisfechos. Por contra, aunque en un decálogo exista el punto 8 un gran argumento convincente, si los otros nueve son flojos, el 8 se perderá en el olvido. Y mucha atención pero atención en no subestimar el efecto tóxico, que es mucho más eficaz, solo hace falta un punto argumentativo tóxico, para contagiar al resto y tirar por tierra el trabajo.

Número 6. Todo esto me ha sido revelado por los extraterrestres. ( es un ejemplo de lo expuesto en el punto 5).

Número 7. Es inadmisible cualquier salto de argumentación haciendo referencia a otros puntos de la lista. Necesitamos un flujo lineal de información, tener que volver o saltar a otras partes del texto o pretender recordarlas, interrumpe ese flujo. Este recurso o sesgo, según se vea, es muy utilizado en textos legales y cláusulas contractuales, por ejemplo ” se excluye de la cobertura de este seguro, las circunstancias descritas en los puntos 23, 45 y 103.” ¿ Quién se acuerda de lo que allí se exponía?

Número 8. Me aburro. Cuando los puntos de la lista son extensos, como lo son en este texto, los números que ordenan la lista son como carteles que indican al lector cuánto queda para llegar al final. Esa información es “ruido” para el flujo argumental, pues estamos entrenados a que toda narración y explicación se ciña a una estructura temporal compuesta por : planteamiento, nudo y desenlace, si veo que estoy en el punto 5 tenderé a pensar que estoy en el medio de la historia, y si estoy en el 9 me prepararé para el gran desenlace, y no tienen porqué ser así en una exposición de razones.

Número 9. Sin emociones no hay decisiones, si con estos 10 argumentos pretendo que tomes una decisión, debo apelar, de alguna forma, a tus emociones. Desde el humor para romper las distancias, la complicidad para superar las barreras, la pena , el odio, el amor… Cuando te encuentres con un listado de razones que se apoya más en provocarte emociones, que en aportarte información en un claro desequilibrio, te encuentras ante una exposición “populista” que puede emplear 8 puntos de su exposición para alinearte emocionalmente, sin aportar nada nuevo como propuesta, para al final en apenas 2 puntos señalarte cómo solucionar los otros 8. Por ejemplo : 1 ¿ odias tener que esperar para entrar en la consulta del médico? 2. ¿Te molesta que las demás personas te miren cuando estas enferma? 3. ¿ Te deprime escuchar las dolencias de gente desconocida? …. 10. Ven a nuestra clínica privada, donde todo esto no te pasará. ¿ No os parece una autentica basura argumental? Si encontráis decálogos de este tipo en cualquier contexto, usarlos como cuña para la mesa que cojea, os están engañando.

Número 10. No hay gran final, solo una recomendación, leed, leed mucho, aprender a discriminar la calidad de la publicidad, de los textos mesiaticos, de los gurus que lo saben todo de una extraña fuente de sabiduría y de conexión cósmica. Una opinión es valiosa aunque no la compartamos, nos da visión y nos enriquece, decidir por vosotros mismos, no por lo que podáis encontrar comprimido en 10 puntos argumentales, si os gusta alguna de sus ideas , hay que desarrollarla, preguntar y esperar respuesta sobre esa cuestión. El humanismo sigue vigente en el momento en que vivimos, así que, de momento, tu opinión y construcción personal es ahora lo que da sentido a muchas cuestiones vitales.