“Cuando entiendes que toda opinión contiene una historia personal, todo juicio es una confesión”

Nikola Tesla

El genio Nikola Tesla, murió solo en un hotel, donde la sociedad lo despreció y lo condenó a la incomprensión extrema.

Bien pudiera ser que sus investigaciones y trabajos ponían en peligro intereses demasiado poderosos y se construyeron códigos éticos con los que Tesla fuera juzgado por todo el mundo.

La cuestión de fondo está el acto de juzgar.
El deporte favorito de la mediocridad.

Conseguir que un número determinado de personas emitan un juicio sobre algo o alguien es relativamente sencillo.
En el manual de los magnates, capítulo 2, se describe como crear sistemas de valores, como dictar que está bien y que está mal, alimentar creencias morales mediante religiones y dogmas de fe con las que los mediocres van a sustentar sus juicios increbantables fuera de sus casas, eso sí.

Somos seres sintientes que hacemos lo mejor que podemos para adaptarnos a un entorno, creando en nosotros nueva información para transmitir genéticamente a otros seres que se quedarán cuando nos vayamos. Sin embargo , esa información basada en la adaptabilidad para mejorar, forma parte de nuestra inalienable responsabilidad.

“Cuando entiendes que toda opinión tiene una historia personal “

Es la parte en que Nikola Tesla nos muestra esa parte inalienable a la que prestamos poca, ninguna o una atención dirigida por otros, menos por nosotros mismos. Un constructo social humano que, de forma inherente a esa naturaleza, se convierte en algo muy cuestionable en relación al interés individual de un ser sintiente.

No hay autoridad moral fuera de tí que legitimamente pueda juzgarte. Pues la moral es subjetiva y moldeable, según convenga.

Si tus decisiones se han basado en el sentir de tu corazón mudo, lejos de tu cabeza, no hay nada que te culpe, no hay nada que tenga que perdonarte, no hay ningún juicio. Hay lo que has venido a hacer aquí, a explorar y crear una nueva ecuación para los que vengan mañana.

Nueva ecuación significa libertad de crear tu propuesta adaptativa orientada a la virtud.

El resumen de todo esto es que no puedes hacer peor cosa que juzgarte a ti mismo por la moral humana, tan ignominiosa e indiferente a tus emociones prístinas únicas e irrepetibles.

Este texto no tiene sentido en personas narcisistas. (carecen del sentimiento de culpa, ni comprensión del concepto “virtud”)